Después de dos años de una crisis que no existía, y a la que la frivolidad electoral de los dos grandes partidos  la “trataban” con subastas fiscales, seguimos instalados sobre los dos elementos fundamentales que caracterizan la salida conservadora a la crisis. Por una parte, asociar dicha salida a  la recuperación de la tasa de rentabilidad empresarial, y no a la creación de empleo. Por otra, restituir esos niveles de rentabilidad, a través de la “reconfiguración” de la relaciones entre capital y trabajo, presionando sobre el salario por medio de una política de ajuste, y abandonando todo esfuerzo en inversión productiva y gasto público.

Han sido “apasionantes” los dos ciclos de debates mediáticos sobre fiscalidad que ha habido que soportar. El primero, al calor de las subastas electorales de los 400 euros, del cheque-bebé, o del Impuesto de Patrimonio, en el que se pretendía resolver lo que se avecinaba, con aquellas frases redondas de que si era de derechas o de izquierdas las bajadas de impuestos. El segundo, ante el fracaso cantado de esa política fiscal, sobre si ahora es de izquierdas o de derechas tener que subirlos. En un próximo artículo escribiré sobre el paquete de medidas fiscales del Gobierno de la Nación, que como todo hacía esperar, sigue frustrando los criterios de progresividad fiscal, que deberían referenciar a un gobierno progresista.

Pero como ya he manifestado en varias ocasiones, el escenario que he descrito en las líneas anteriores, en la Comunidad de Madrid el Gobierno de Esperanza Aguirre lo corrige y lo aumenta, y por lo tanto las repercusiónes mas negativas en las familias asalariadas, en los trabajadores y trabajadoras, en las personas desempleadas, y en los jóvenes y las mujeres de Madrid, están impactando de forma mas intensa que en la media del resto de España.

El modelo de salida conservadora a la crisis, anunciado por Esperanza Aguirre, en el último Debate sobre el Estado de la Región, se plasma en un Plan de Ajuste, de claro contenido antisocial, por medio de una política desfiscalizadora y presupuestariamente restrictiva, que va a suponer mayor reducción del gasto social y de la inversión en los próximos Presupuestos Regionales. Plan de ajuste que condena a la mayoría social trabajadora al endeudamiento familiar, la moderación salarial, la precariedad laborar de la juventud y la crisis de la pequeña y mediana empresa. Plan de Ajuste por lo tanto, que sitúa a Madrid ante el riesgo de una fractura social, cuya consecuencia será que los trabajadores y trabajadoras paguen la crisis.

Pero como aquí en Madrid parece que no nos puede faltar de nada, ante ese anuncio de la Presidenta de los Presupuestos mas restrictivos y mas antisociales que han sido capaces de alumbrar en el Gobierno Regional, tenemos la “enorme suerte” de que el Secretario General del PSM haya acordado con Esperanza Aguirre, en un nuevo alarde mediático,  negociar los Presupuestos del 2010, lo que supone la renuncia del PSM a hacer oposición en nuestra Comunidad, dejándonos a IU-CM como la única organización política defensora de una alternativa de izquierdas para Madrid.

Es evidente que en IU no vamos a permanecer impasibles ante esta situación. En ese sentido, en la Comisión Ejecutiva Regional de la semana pasada aprobamos por unanimidad, defender una Alternativa Social a la crisis, que tenga como eje el objetivo del pleno empleo, la defensa de los servicios públicos, la sostenibilidad y la extensión del Estado Social Madrileño, y para ello hacemos un llamamiento a un amplio acuerdo en torno a 6 ejes centrales, con el movimiento vecinal y ciudadano, con los sindicatos de clase, con las organizaciones de la pequeña y mediana empresa, con los movimientos sociales, con el movimiento ecologista, y con la propia base electoral y social del PSM.
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