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Cayo Lara Moya, elegido Coordinador General de Izquierda Unida el 14 de diciembre de 2008: "Creo en la Izquierda Unida de la ética, los valores y la austeridad"

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Debate Estado Región IU Madrid (16-9-2009): "Esperanza Aguirre dedicó 20 segundos a los desempleados y ni mencionó a los que no tienen ingresos”

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Crisis: “Nos emplearemos a fondo en el diálogo y la negociación, y en la respuesta sindical ante las provocaciones empresariales o de algunos poderes públicos”

Archive for diciembre, 2007

El pasado viernes 28 de diciembre, tengo que reconocer que me llevé un tremendo sobresalto, al leer en el periódico una entrevista a la ex-secretaria general de banca de CC.OO., Mª Jesús Paredes, en la que el titular resultaba al menos un tanto llamativo:”CC.OO. no es un sindicato de izquierdas; es solo un sindicato”.

Menos mal que un servidor, que se tiene por un avezado lector que está a la que salta, reparé en la fecha del diario, y me percaté que no podía ser otra cosa que las recurrentes “inocentadas”, de las que tanto gustan los medios de comunicación en estas señaladas fechas. 

Aliviado al constatar que se trataba de una broma, si me hizo reflexionar la entrevista, en el supuesto que las respuestas de la compañera Mª Jesús hubiesen sido otra cosa que un puro divertimento navideño.

Pensaba  que una persona como yo, que ha defendido siempre en el sindicato su independencia y autonomía respecto de las fuerzas políticas, y al que nunca le han interesado los debates sobre la vida de los compañeros y compañeras, salvo en lo que afecten en la credibilidad de las organizaciones en las que milito, pero siempre desde el principio de inocencia de quien pudiese ser acusado interesada o desinteresadamente, y que además no forma parte de corriente sindical alguna en CC.OO., me hubiese visto en la necesidad de contrastar algunas afirmaciones hechas por mi compañera Mª Jesús en tan lúdica entrevista.

De no ser por todo lo expuesto, hubiese tenido que manifestar que no debe confundirse la parte con el todo. Que uno puede no saber después de mucho tiempo que es un sindicato de clase, pero que eso no significa que CC.OO. no lo sea, salvo que en el próximo Congreso Confederal se decida democráticamente lo contrario. Que algún compañero o compañera considere que el sindicato debe circunscribirse a la defensa exclusiva de las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras, abstrayéndose de la sociedad en la que se vive, y de como afecta a éstas las correlaciones de fuerzas entre las diferentes opciones políticas, es perfectamente légitimo, pero para que CC.OO. opte por ese modelo de sindicalismo deben ser sus afiliados y afiliadas, los que determinen que vamos a dejar de ser un sindicato sociopolítico y de clase.

Me consta que hay otros sindicatos que no son ni sociopolíticos, ni de clase. Nada que objetar al ejercicio democrático de entender de una manera u otra la contradicción capital-trabajo. Nada que decir a que haya sindicatos que no consideren oportuno incidir en lo que se denomina salario indirecto. Fiscalidad, educación, sanidad, servicios sociales, cobertura social, servicios públicos, transporte, políticas de igualdad, participación sindical en los consejos de administración, derecho a la vivienda, paz, solidaridad, cooperación al desarrollo, y multitud de problemas que viven todos los trabajadores y trabajadoras todos los días, más allá de las condiciones laborales concretas que viven en sus empresas, pero que están totalmente afectadas por todo lo anterior. Esto y algunas cosas mas son las que algunos entendemos por sindicalismo sociopolítico y de clase. Lo que no quiere decir que se tenga que estar de acuerdo con ello, sencillamente es por lo que algunos y algunas vamos a seguir luchando.

Tampoco cuestionaría yo la legitimidad de estar en una lista o pertenecer al PP. Es un asunto de estar instalado en favor de unos intereses de clase, si de clase, o en otros. Si yo fuera del PP, defendería que la vivienda fuese un instrumento que permitiese generar el máximo beneficio empresarial posible, frente al derecho constitucional de las personas a una vivienda digna y asequible, y a la obligación de los poderes públicos de satisfacer ese derecho. Por eso ni considero un honor ni un deshonor ir en una lista del PP. Sencillamente defiendo, en la medida de mis posibilidades, los intereses de la mayoria social, que entiendo no son los que defiende el PP, si no los de las minorías privilegiadas, independientemente de que también voten a este partido muchísimas personas de extracto social bajo.

Pues eso, que me quedo mas tranquilo porque CC.OO. es un sindicato sociopolítico, plural, de clase y de izquierdas. Malditas inocentadas.

Salud,feliz y laico 2008.

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Ayer la Presidenta de la Comunidad, con un pelín de sobreactuación, volvió a interpretar ese papel del que tanto gusta, consistente en aparecer ante los medios de forma solemne, haciendo ver que la huelga de la limpieza del Metro era un problema de otros que iba a resolver ella con un golpe de autoridad. “Cortar por lo sano”, es una frase muy recurrente en nuestra Presidenta, que además de ser toda una declaración de principios, indica la forma de entender que tiene Esperanza Aguirre los conflictos que su política genera.

Que los trabajadores y trabajadoras de la limpieza del Metro de Madrid lleven doce días de huelga, ni es motivo de satisfacción para los usuarios, ni mucho menos para los trabajadores. La huelga es consecuencia de la política de privatizaciones del PP, que para dar el servicio de la limpieza del Metro, se realiza desde cuatro empresas privadas, y consecuencia de esto, son cuatro condiciones laborales distintas para trabajadores y trabajadoras que realizan las mismas tareas. ¿Es entendible que por hacer el mismo trabajo haya diferencias salariales de hasta 300 euros entre unos trabajadores y otros?

No Presidenta, no es un conflicto interno entre empresarios y trabajadores. Es un conflicto generado por su manera de entender la prestación de los servicios. Me consta que para el PP la existencia de los sindicatos es una desgracia con la que tienen que convivir, por eso a la menor oportunidad intentan desprestigiarlos cuando no criminalizarlos. El problema que tienen que padecer los trabajadores y trabajadoras que utilizan el Metro todos los días, proviene de que en vez de existir una plantilla con condiciones laborales y salariales homogéneas, la gestión privada de la limpieza hace que el Gobierno de la Comunidad haga cuatro adjudicaciones del servicio a cuatro empresas distintas, con cuatro plantillas que hacen lo mismo pero con distintas condiciones. Interesante manera de entender la eficacia de los servicios públicos la de los populares, con mas que alguna simpatía por este modelo en Ayuntamientos gobernados por el PSOE.

En definitiva, Esperanza Aguirre ha vuelto a crear el virus, para luego vendernos la vacuna. En esta ocasión las víctimas del modelo privatizador del PP han vuelto a ser los trabajadores y trabajadoras con menos recursos. Los que utilizan el Metro para ir a trabajar, y los que lo limpian.

Como sugerencia impregnada por el espíritu de estas fechas, recomendaría a la Presidenta que una vez retirados los contratos a las cuatro empresas de limpiezas del Metro, creara una Empresa Pública que garantizara la eficacia y eficiencia del servicio, con un menor coste para los ciudadanos, con empleo estable, digno y de calidad, que permitiese a trabajadores y usuarios disfrutar de los derechos que le niega una política orientada exclusivamente, hacía el beneficio económico del sector privado de los servicios.

Estas fechas siempre me han enternecido.

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Parece que anda el candidato provisional a la Presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, corriendo como pollo sin cabeza, intentando cortar las vías de agua que habitualmente le abre Esperanza Aguirre, cuando no Acebes, cuando no Gallardón, cuando no un operario de mantenimiento de la sede popular, cuando no… . Preso de sus urgencias históricas, en una especie de enajenación electoralista, propone lo uno y su contrario en espacios de tiempo dignos de los programas olímpicos de alto rendimiento. Lo de bajar impuestos y prometer mayores prestaciones sociales, es decir la mezcla del agua y el aceite, es algo que incluso parece que se le hace poco al PP, ya que ni así parece tener claro Mariano Rajoy que pueda ser capaz de presidir el Gobierno que salga de las urnas en el próximo mes de marzo, sobre todo por que en esas propuestas también cuenta con una fuerte competencia del PSOE, y por lo tanto su futuro como máximo dirigente del PP tendría las horas contadas, a pesar de los tremendos esfuerzos que harán en sentido contrario, esos grandes “Marianistas” como Esperanza Aguirre, Zaplana o Acebes. 

Total, que ha debido pensar el bueno de Mariano que si no ganamos por las buenas, habrá que intentarlo por las malas. Es decir, que si no gano porque tenga mas votos, voy a ver como lo hago para aún teniendo menos votos poder ganar las elecciones. Bien es verdad que hasta en esto Esperanza Aguirre es una adelantada a su tiempo. Hace tiempo que nuestra querida Presidenta propuso cambiar la Ley Electoral de la Comunidad de Madrid, cuestión que en línea con la “responsabilidad” de la que habitualmente hace gala, era el único motivo que aconsejaba cambiar el Estatuto de Autonomía de la Comunidad. Ella como siempre, pensando en las necesidades de los madrileños y madrileñas, por encima de los intereses propios o de su partido. Pretendía la ínclita Aguirre dividir la Comunidad en circunscripciones, de tal forma que aunque tuviese menos votos que la izquierda, púdiese gobernar con mayoría absoluta. Osea igual que Bush, que fué Presidente de Estados Unidos con menos votos que su contrincante.

Así que Rajoy, tomando nota de esas grandes aportaciones a los sistemas democráticos, y justificando la sobrerrepresentación que dice que tienen los partidos nacionalistas, considera necesario reformar la Ley Electoral. Todavía no ve suficiente, que el PP y el PSOE necesiten 70.000 votos para obtener un escaño, mientras que a IU le cuesta mas de 250.000. Curiosa manera de entender la democracia, aquella que interpreta que es legítimo que con menos votos se tenga mas representación.

Tampoco es poca cosa que el PP se dedique a sacar el espantajo de los nacionalismos y su representación, cuando tanto PP como PSOE, han gobernado plácidamente con PNV y con CiU todas las veces en las que han confluido sobre todo en materia económica. Imagino que las distancias entre PP y PSOE con los nacionalistas, son mucho menores que las geográficas a la hora de hablar de empleo, industria, política fiscal y económica.

Vale Mariano, en IU estamos de acuerdo en cambiar la Ley Electoral. Pero me temo que en esto tambien van a estar mas de acuerdo el PP y el PSOE, básicamente porque les interesa. Que el bipartidismo empobrezca la democracia y que alimente las políticas mas conservadoras, es el resultado final de una Ley Electoral, hecha a la medida de los dos grandes partidos, para que como reconoce el mismísimo Herrero de Miñón, el PCE  en su momento tuviera menos representación, y por lo tanto menos fuerza.

Así que no nos cuentes “cuentecitos” Mariano. Hay que cambiar la Ley Electoral pero para que las Instituciones sean mas representativas, profundizando en la proporcionalidad y por lo tanto en la democracia, pero no para penalizar a la izquierda transformadora, como así se hizo. Hay que cambiar la Ley Electoral para que España sea un país mas democráticamente avanzado.

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