…Y ZAPATERO VIÓ LA LUZ
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Pues ya esá resuelto el problema de los cuatro millones de desempleados y desempleadas. Zapatero ha hecho una remodelación profunda del Gobierno al objeto de poder explicar mejor lo beneficioso de los recortes sociales, de la reforma laboral, de la congelación de las pensiones, y de la puesta en marcha del Plan B sugerido u ordenado, como cada cual quiera, por el Fondo Monetario Internacional. El Plan B, como ya reflejaba en la anterior entrada, no es más que insistir con mayor intensidad en nuevos recortes. Bien es verdad que Esperanza Aguirre lleva camino adelantado. Ella ya empezó con el Plan B, antes que incluso con el A. De lo que sólo puede deducirse que lo que acometerá la Presidenta será el Plan C, que tomará forma humana con los próximos Presupuestos de la Comunidad de Madrid.
Pero volviendo al principio, resulta que el 29 de septiembre hubo una Huelga General, parece ser que porque no se había explicado bien por parte del Gobierno de la Nación las medidas de ajuste impuestas por los mercados financieros. No sé, me parece que la explicación va un poco justita de argumentos.
Hombre, que duda cabe que no es lo mismo que el flamante Ministro de Trabajo vaya o no a la Manifestación posterior a la Huelga General. Mucho mejor rollo para aplicar la reforma laboral, donde va a parar.
Es evidente que se pretende imponer los debates de los nominales sobre los de proyectos. ¿Cambia el proyecto de Zapatero por el baile de nombres?. Evidentemente no. Pero tampoco se trata solamente de intentar despistar del fondo de los problemas con cuestiones superficiales y de ningún contenido de cambio. Zapatero quiere parar con gestos la sangría que se le está produciendo en su electorado potencial de izquierdas. Otra cosa es que cuando se gobierna con gestos exclusivamente, éstos se terminan por convertir en muecas histriónicas.
El mensaje está entendido. Hay que parar a quienes confrontan realmente con sus políticas de recortes. Después de generar un modelo laboral y productivo precarizado y con menos derechos, pasa a intentar debilitar a los Sindicatos de Clase, CC.OO. y UGT, a traves de una reforma laboral que busca individualizar la negociación colectiva, para a continuación apuntalar el modelo bipartidista pactando con el PP la Ley Electoral, y así debilitar a la única fuerza política que defiende una Alternativa Social a la Crisis, frente a las derechas nacionalistas, mucho más cómodas para los dos grandes partidos.
Insisto, el mensaje está entendido. La remodelación también aspira a ser un acto de hostilidad contra IU, como complemento a operaciones impulsadas desde el PSOE para fraccionar los apoyos a IU, que saben perfectamente que si no se implantan en Madrid, serán un acto fallido más para conseguir el bipartidismo perfecto que tanto anhelan desde el PSOE y desde el PP.
El problema es que estamos acostumbrados y hemos sobrevivido a esas operaciones, incluso cuando los que las pergeñaban tenían mucha más entidad política que quienes hoy lo pretenden.
