VAYA TROPPA
Escrito porVaya día que tuvo ayer el PP en el Ayuntamiento de Madrid. La “carita” de Gallardón, que hoy inmortaliza el periódico El Mundo en su edición de Madrid, parece reflejar ese mal día que toca de vez en cuando, en el que todos los esfuerzos de amabilidad y buenrollismo centrista del excelente y excelso Alcalde madrileño, se los dejan tan arañados, que otra vez tocará volver a dar otra manita mas de barniz, para seguir intentando que no afloren esas impurezas de caspa democrática, que tan difícil se les hace a algunos dirigentes populares dejar de exhibir, cuando les “mientas la bicha”.
Mira que Alberto es capaz de compatibilizar su condición de apadrinado de Manuel Fraga, con labrarse la imagen del centroizquierdistaliberal del PP. Pues nada, llegan dos concejales de su Grupo, muy del “palo” de Esperanza Aguirre, se ponen “estupendos”, y en el momento de votar que lo mismo ya va siendo hora de retirar los títulos de Alcalde Honorario, e Hijo Adoptivo (si, he puesto adoptivo), al golpista-dictador, van y les da unas irrefrenables ganas de ausentarse del Pleno.
En menos que desaparece un bizcocho de la puerta de un colegio, todos los esfuerzos del Vicealcalde, Manolo Cobo, para explicar que los del PP no tienen nada que ver con “el invicto”, porque ya le condenaron cuando votaron la Constitución del 78, se quedaron en el conocido empuje que tiene una gaseosa. No hizo falta ni recordarle al siempre voluntarioso Cobo, que la entonces AP no pidió voto favorable para la Constitución, y que incluso algunos diputados suyos votaron en contra y se abstuvieron, por mucho que hoy quieran ejercer de guardianes de la Constitución y de los valores democráticos.
Pues bien, pues asunto resuelto por mucho que les pese a los nostálgicos concejales populares. Lo que pasa, es que la “carita” del Alcalde, tiene mucho que ver también, con el “papelón” de aprobar la nueva Ordenanza de Tramitación de Licencias. Bajo el título de “para poca salud, mas vale morirse”, Gallardón ha tenido la brillantísima idea de privatizar la gestión de licencias, que tanto dolor de cabeza le ocasionó en el llamado Caso Guateque.
Es sencillamente espectacular, que se pretenda transmitir austeridad y buena gestión, duplicando el trabajo y el gasto, porque los funcionarios encargados de licencias, tendrán que seguir obligatoriamente supervisando cada licencia, y además habrá que pagar ahora a las empresas que gestionan las licencias también. Vamos, que el Ayuntamiento de Madrid tiene y utiliza todos los instrumentos para tramitar las licencias, y el Alcalde decide dimitir de esta función sin poder dejar de ejercerla, dejándolo en manos privadas para duplicar el gasto.
La “racionalidad” del PP es lo que tiene. Menuda troppa.