ESPERANZA PIERDE PLUMAS

Hay que reconocer que Esperanza Aguirre, tuvo una salida fulgurante en la carrera popular para alcanzar la presidencia de su partido. Tengo la sensación como de que hubiese salido de tacos para correr la maratón. Todas las casuales malas noticias de los lunes, que Rajoy encajaba con la mirada perdida atentamente en el tendido, tenían la inmediata,(también casualmente, supongo), valoración correspondiente de la Presidenta de la Comunidad de Madrid. Es verdad, que el argumentario empleado no ha sido muy variado. “Algo está funcionando muy mal”, “Es una gran pérdida lo de… María San Gil, Juan Costa, Gabriel Elorriaga…”. Pero mira por donde que el bueno de Mariano ha aguantado el tirón para sorpresa de propios y extraños, y la que se encuentra aturdida, yo diría que como noqueada es “la dama de fibra de carbono”.

Es internacionalmente reconocido, que Aguirre no se caracteriza por sus excesos democráticos, ni por dar las cuentas que pide a otros. Muy amiga de que a las cosas se les llame por su nombre, como por ejemplo llamar crisis a la colección de eufemismos del Presidente Zapatero, (cosa en la que por otra parte estoy radicalmente de acuerdo con la Presidenta), no parece muy dispuesta a aplicárselo a si misma. No se…, un suponer, porque se resiste a llamarle “crisis de Gobierno”, a la escabechina que ha formalizado fulminando a sus dos Consejeros “Marianos”, Lamela y Prada, y aprovechando las ejecuciones, reemplazar a dos Consejeras de baja intensidad y escasa gestión, Gador Ongil y Beatriz Elorriaga, si bien como premio a su abstinente gestión, las ha mandado al Senado, que debe considerar la Presidenta, como el lugar ideal para que desarrollen mas eficazmente sus cualidades mas significativas.

Pero lo que ya es de nota, es utilizar torticeramente el anquilosado y poco democrático Reglamento de la Asamblea, para empobreciéndolo mas todavía, no tener que dar cuentas a los representantes de los madrileños y madrileñas de los ajustes de su Gobierno, ni las causas que los motivan. Con el desparpajo macarra que le caracteriza a la “lideresa”, comentaba por los pasillos de la Asamblea, que lo que tenemos que hacer los diputados y diputadas es leer la prensa, que debe ser donde ella considera que debe dar cuentas de su gestión de Gobierno. (Puede que sea una leyenda urbana, pero encaja en su proceder).

Así que ni corta ni perezosa, convocó un Pleno Ordinario eliminando incluso el turno de preguntas, asi como la petición de comparecencia que hizo el Grupo Parlamentario de IU, para que explicara la remodelación del Gobierno Regional. Asombroso, el arrojo pendenciero con el que se manifiesta la Presidenta en más ocasiones de las que serían de desear, se transformó en un acto de cobardía política. Tras haber procedido a su particular venganza, seguramente que dolorida por las marcas que le dejaron sus compañeros de partido en el Congreso valenciano, prefirió entonar la célebre cancioncilla infantil del “pio, pio, que yo no he sido”.

La caida libre en la que ha entrado Esperanza Aguirre, en popularidad y en peso político en su partido, no debería tener como reacción, parapetarse torpemente asustada, detrás del obsoleto Reglamento de la Asamblea, no dando las explicaciones que cuando se ha visto mas fuerte, ha pedido a otros responsables políticos, incluidos los de su partido.

A la Presidenta se le ha ido todo de las manos, bajo la asustada mirada y lívidos semblantes de sus palmeros.

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