…Y ATILA MONTÓ EN SU CABALLO

La semana pasada el Tribunal Supremo ha llegado a la misma conclusión que ya teníamos una gran parte de los madrileños y madrileñas, sobre la sensibilidad medioambiental de Esperanza Aguirre, solamente comparable a la que tenía Atila y su caballo cuando pisaban la hierba. El alto Tribunal ha declarado ilegal las obras de la M-501, conocida también como la carretera de los pantanos.

No es un problema de que a la Presidenta le haya faltado una póliza o le haya salido una chapuza más fruto de cualquier imprevisto. No ha puesto ni cara de sorpresa, porque es sencillamente que ha pasado lo que ella misma sabía que tenía que pasar. Su proverbial desahogo solo le ha permitido declarar ante esta sentencia “que la ve irrelevante”. Quiere decirse que para ella es irrelevante abrir esta obra por una zona protegida, sin hacer el preceptivo informe de impacto medioambiental, ni la consulta previa necesaria a la Comisión Europea. A Esperanza Aguirre ya se sabe que todo lo arregla en función de eso que llama ella “el interés general”.

Lo que pasa es que casi siempre ese interés general tiene que ver más con el suyo propio, y el de sus amigos y entornos, que con el de los madrileños y madrileñas. No se yo como barema por ejemplo el interés general, para que haya proyectados 30 nuevos campos de golf en la Comunidad, salvo que no sea para bajar eso que me parece que se llama “handicap” personal, o para beneficiar los negocios de sus emprendedores “palmeros”.

Es verdad que la sentencia no va a reponer las 10.000 encinas que arrasó, y que por lo tanto sus efectos son limitados, porque el daño ya está hecho. Tambien es cierto que la Consejería de Medioambiente, tras conocer el fallo, ha manifestado que se arrepienten de sus malas obras, “y que la próxima vez van a cumplir los trámites medioambientales”. “A la próxima” que dicen los niños y niñas. Me quedo más tranquilo mira. Lo malo para Esperanza Aguirre no es que el Tribunal Supremo le haya llevado la contraria. Eso le da igual, siempre podrá decir que es una persecución más contra el PP como en la trama Gürtel. Lo realmente preocupante para ella debería ser que la sentencia apunta claramente a que su Gobierno ha actuado con absoluta premeditación y a sabiendas de que lo hacía ilegalmente.

Pues mucho me temo que cometer una supuesta ilegalidad con premeditación y a sabiendas de que lo es, esta tipificado como delito. …Prevaricación creo que se llama.

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