EL CARRO

Quien más quien menos, hemos participado en ocasiones de alguno de los múltiples “latiguillos”, que machaconamente se repiten, ya sean fruto de campaña publicitaria, serie televisiva, humoristas de bajo perfil, o celebradas frases cogidas en eso que se denomina “robado”.

“Pues va a ser que no”, “Un poquito de por favor”, “fistro de la pradera”, “manda güevos” o el mas reciente “tontoloscojones”, son parte de un muestrario adornado de algunas dosis de caspa, al que parece querer sumarse lo de “hay que tirar todos del carro en la misma dirección”, de ese microprograma anual interpretado por el Jefe del Estado, durante el cual la mayoría de los españoles, vamos colocando la mesa, de esa “entrañable”cena en la que en rara ocasión alguien no pasa alguna cuenta pendiente del año a algún o algunos miembros del cónclave familiar.

Con caras y términos de “pelotas de oficina”, han salido a hacer las correspondientes valoraciones los portavoces del PSOE y del PP, sobre el susodicho real monólogo. Aunque las respectivas ruedas de prensa, podían haberlas hecho en el patio de un colegio en la hora del recreo, dado el periodo vacacional, han optado por el modelo tradicional, aunque el contenido de ambas conferencias encajaban mejor con el entorno  aludido.

“Nosotros si que estamos de acuerdo con las palabras del rey, y no esos del PP”, “Para de acuerdo de acuerdo con el rey, los que estamos somos nosotros, que estamos de acuerdo en un 101%”.

A mi para estar de acuerdo con la perorata del Jefe del Estado, me faltan datos. Que nadie tenga la tentación de vislumbrar crítica forzada alguna por mi condición republicana, porque no es el caso. El dato que quiero conocer es la dirección a la que hay que llevar el carro.

Me consta que los trabajadores siempre tiran del carro en dirección hacia su propia y cada vez mas difícil subsistencia. Fruto de ello, la sensación es que si el Jefe del Estado se refiere a ese genérico e indefinido “bienestar social del país”, parece como si los trabajadores y trabajadoras fuesen los que tiran, y los especuladores, banqueros, consejos de administración, etc, fuesen montados en el carro, dirigiendo con el látigo la orientación del vehículo hacia su exclusivo lucro.

Mucho me temo que al no nombrar a las víctimas reales de la crisis, el carro del Jefe del Estado o es del que tiran los renos del entrañable gordito navideño, y todavía no le han dicho al monarca lo de los padres, o se refiere al mismo carro de don Manuel, y no me refiero al mas famoso. Osea al de apellido Escobar.

Seguro que por una de las dos cosas es por la que se encuentran tan identificados socialistas y populares. Luego cada cual, que le adjudique a cada uno de ambos partidos la verdadera razón de su legítimo entusiasmo.