Como era de esperar, dadas las fechas en las que ya nos encontramos, por fin los dos grandes partidos han entrado al debate de lo que realmente le importa a los habitantes de la Comunidad de Madrid y de España. Esto, como todo el mundo sabe, consiste por ejemplo en ir desvelando por fases y grupos cortos, las personas que formarán parte de “su” candidatura. Lo de “su”, nunca mejor dicho, porque por lo que parece esto debe ser una decisión personal de quien encabeza la candidatura, y no una decisión democráticamente adoptada mediante el “anticuado” método de votar. Otro asunto de gran interés en estas fechas, son esas cuidadísimas convenciones de grandes despliegues de medios audiovisuales y de última generación, en las que lejos de conocer propuesta alguna del partido en cuestión, se convierte en una suerte de acto público, en el que los dirigentes de turno hacen toda una demostración de retóricas encendidas, abarrotadas siempre y en cualquier caso, de los típicos “lugares comunes” y de un amplio muestrario de “latiguillos”.
Otros sin embargo, optamos por reflejar la realidad realmente existente, y decir que proponemos para cambiarla. Una vulgaridad vamos. Así llevamos año y medio desgranando y movilizándonos por una Alternativa Social a la Crisis, con las ciento una medidas que proponemos para transformar el Madrid de los recortes sociales, de las privatizaciones, de los regalos fiscales a los poderosos, del desempleo, de la trama Gürtel, y de toda suerte de iniciativas de Esperanza Aguirre, que están llevando a la exclusión social en la Comunidad, por el Madrid de lo social, del empleo, de los servicios públicos de calidad, el que abra expectativas a los jóvenes y defienda el medio ambiente… . En definitiva, cambiar el Madrid de la especulación de unos pocos, por el Madrid de los derechos, de la justicia y de la igualdad para todas y todos.
De todo eso nos gustaría hablar y construir con todas aquellas y aquellos que han visto frustradas sus expectativas de desarrollar lo que ha venido en denominarse Estado del Bienestar. Y para esto, lamentablemente el PSM ni está ni se le espera. Parece ser que la renuncia del Secretario General y Presidente del Gobierno a defender y desarrollar ese Estado Social, no sólo ha sido asumido devotamente por su homónimo madrileño, sino que además ha considerado que para contrarrestar el posible desapego de su base electoral, lo que toca es intentar debilitar a IU, haciendo toda suerte de “cantos de sirena” a militantes de IU, por mucho que sus pretendidas adquisiciones manifiesten reiteradamente su compromiso con nuestra fuerza política.
Uno, que ha sido siempre comprensivo con las debilidades humanas, asi como partidario de encontrar espacios de entendimiento en la izquierda, se ve en la necesidad de recordarle a Tomás Gómez que cuando el equipo no funciona, la búsqueda de ”fichajes” en el mercado de invierno casi nunca da buenos resultados. Es más, desde el respeto que Tomás no nos tiene sobre los asuntos internos de su partido, me atrevo a sugerirle que no le debe parecer a nadie entendible, querer anular a un referente del socialismo madrileño como Pedro Castro, por aquello de haber apoyado a Trinidad Jiménez, y al mismo tiempo andar buscando y enredando en otras casas. Esa actitud no creo que sirva para ayudar ni a su partido ni a que Esperanza Aguirre se convierta en un mal recuerdo a partir de Mayo.
Eso si, mientras tanto Esperanza Aguirre también a lo suyo. Desde su más absoluta abstracción sobre los problemas de la Comunidad, ella va entreteniéndose apoyando a Cascos en Asturias, o manifestándose aún no se sabe bien porqué, por las más nobles calles madrileñas, rodeada de banderas preconstitucionales. Supongo que preferirá hablar de supuestas treguas trampas, o de hipotéticos y siniestros acuerdos del Gobierno de la Nación con ETA, que de las 60.000 familias madrileñas que no tienen ningún ingreso.
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