Reflejaba en el anterior artículo, que no es nada conveniente acostumbrarse a los desmanes del PP en esta Comunidad, de tal forma que terminaran convirtiéndose en parte del paisaje madrileño. En esa invitación a rebelarse contra la resignación, me parece prioritario que si a algo no deberíamos resignarnos con todas las fuerzas, es a creernos que las cifras de desempleo, de familias que ya no tienen ingreso alguno, o a las que expulsan de sus viviendas los sufridos bancos porque no pueden pagar el “rescate” del “secuestro”, ni siquiera lleguen a formar parte del paisaje, porque sencillamente se intente ocultar a las víctimas reales de la crisis que nunca generaron. Es mas, no resignarse a esto último trae como consecuencia la imposibilidad de mimetizar con el paisaje la política económica y productiva de los dos grandes partidos que ha generado el desastre para tantas personas, y por supuesto el acabar con el espeluznante ”sainete” del PP, que lejos de encontrarlo consustancial a esta región como el cocido madrileño, terminará por transformar el fatalismo en necesidad vital de extirpación.
Uno que no tiene la ciencia infusa de la que parecen estar dotadas algunas personas, nunca me he atrevido a pontificar de forma radicalmente subjetiva y abstracta, las verdades absolutas que todo el mundo creemos tener. Si creo, y además compruebo, que las condiciones de vida de la gente dependen de las correlaciones de fuerzas que existan en cada momento, en favor de modelos políticos, económicos y sociales que favorezcan la acumulación de la riqueza en unos pocos, o que favorezcan reequilibrio y reparto de la generación de esa riqueza socialmente , que por otra parte y esto también es constatable, sólo el trabajo es el que genera riqueza. Basta con que alguien deje debajo de una piedra 100 euros y vuelva al año siguiente para ver si al levantarla se ha multiplicado.
Dicho de otro modo y sin ningún tipo de complejo, la salida a la crisis tiene que ver con lo que he manifestado anteriormente, como un episodio mas de lo que históricamente se ha venido a denominar como lucha de clases. El Secretario General de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo, lo describe diciendo que “existe una disputa para ver como se sale de la crisis, y quien sale beneficiado de la misma”
Ya me consta que son éstas formas de ver las cosas, las que hace que no contemos con las mayores simpatías de los grupos editoriales, que legítimamente defienden los intereses de quienes se sientan en sus consejos de administración. Pero me imagino también, que los reiterados compromisos manifestados con la libertad de expresión y con la democracia, no podrá hacerles ver en lo que escribo, mas que un ejercicio de esos principios. Nunca me atrevería a decirle a nadie que es lo que tiene que hacer en el ejercicio de su profesión, pero no puedo negar que siento cierta indignación por lo que a mi me parece un intento de oscurecimiento de la situación social y económica por la que están atravesando miles y miles de familias, en virtud de que no parecería conveniente reflejar la parte mas cruda de la realidad de la crisis, que tanto afectaría al bipartidismo político y mediático, ya sea en lo que concierne a la responsabilidad nacional o regional. Con situar la confrontación partidaria de la crisis en las puras estadísticas, supuestamente derivadas de las medidas tomadas en cada ámbito, parece mas que suficiente.
La verdad es que no tengo muchas expectativas en que consigamos con nuestro empeño, que las víctimas reales de la crisis tengan un mayor espacio mediático. Ya entiendo que debe preocupar mas socialmente cualquier diferencia interna de IU, que cualquiera de las propuestas que podamos hacer para que la crisis no recaiga en exclusiva en los trabajadores y trabajadoras y sus familias. Que más del 70% de la población sitúe como el primer problema el desempleo, es lo que nos hace intensificar mas en esto la centralidad de nuestro trabajo, buscando la convergencia social que permita las necesarias transformaciones sociales, políticas, económicas y productivas.
Hacer visibles los problemas reales que tiene la gente todos los días, es una parte fundamental de nuestra campaña “Por una Alternativa Social a la Crisis”. Cualquier otra cosa que tengan en la agenda quienes tienen otros intereses, pretendidamente preocupados por nuestra salud, ya adelanto que va a contar con la misma atención de IU-CM, que la que le aplican a los desempleados y desempleadas, a sus familias, a los que deshaucian, o sin llegar a tanto, a nuestros afiliados y afiliadas.
0 Comments