Quien no recuerda con encendido entusiasmo, esa socorrida frase que quien más quien menos hemos utilizado en nuestra infancia, para intentar justificar las razones por las que habíamos sido víctimas del enésimo correctivo escolar, o en su defecto por no haber alcanzado satisfactoriamente la calificación que a buen seguro merecíamos, sólo por honrar con nuestra presencia al centro escolar al que pertenecíamos.
Efectivamente, al PP le tiene manía la seño, que le ha montado toda una trama conspirativa, para que a pesar de la indudable brillantez de todas y todos sus dirigentes, terminen muchos de ellos en el cuarto de los ratones, en vez de recogiendo las matrículas de honor correspondientes, a los que sus méritos de cuna les hacen acreedores. Claro, lo que no les han debido explicar al bueno de Marianín, a la redicha Loli, a Paquito el travieso, a la pizpireta Espe, y al ingenioso de Federico, y de ahí la teoría conspirativa, es que lo que no vale es “llevárselas” del despacho de la directora o del director sin su presencia para cambiar los nombres de los matriculados.
En definitiva, que no queda más remedio que denunciar al director o directora, a la seño, y por supuesto a los chivatos y chivatas del claustro.
Que no digo yo que no sean merecedores del reconocimiento académico correspondiente, lo que pasa es que todo apunta a que los chivatos y chivatas son de su misma panda para ver quien es el jefe, si algo le pasara a Marianín, dios no lo quiera, y si no que se lo digan a Manolito el del colegio municipal, o a Alfredín y a Nacho, del colegio autonómico. Por cierto, muy mosqueados éstos últimos, según parece, con Paquito y unos amiguitos suyos, a los que les encanta jugar mucho a aquello de “espías y …” . Lástima que no me acuerde ahora como se llamaba el nombre completo del juego.
Ahora que lo pienso. Uno que ha seguido en los medios de comunicación los interminables seriales sobre el caso Gürtel, y el significativo número de dirigentes del PP imputados por los JUECES, acusados de haber recibido importantes cantidades de dinero en metálico, ya voy entendiendo yo la falta de liquidez de bancos y cajas. Es que no deben quedar casi billetes en circulación.
Si es que cuando me pongo a darle a “la pelota”.
Pues, parece ser que en la prueba de nivel (de esas que tanto le gustan a Espe) que se celebró ayer en el Congreso de los Diputados, los alumnos de los demás coles les dejaron como el Gallo de Morón, cacareando y sin pruebas, o, mejor, como el pollo mantudo… zigzagueando sin saber a dónde van ni por qué tras una generosa ingesta de tinto de verano ¿o si lo saben?