Mucho me temo, que con lo que voy a decir no le haré ningún favor a Rajoy. Bien es verdad también, que no debe andar el bueno de Mariano muy preocupado con lo que yo pueda opinar o no de él. Cosa que por otra parte, es también bastante razonable. Bueno, a lo que vamos. Y a mi que este hombre no termina de caerme mal del todo. Seguramente también, mis parámetros de comparación puede que sean muy favorables incluso para personajes muy significativos y autoritarios de la derecha mundial.
No descarto, que el puntito condescendiente que me da con el Presidente del PP, sea también por ese cierto aire de cenizo que transmite. Pero vamos, la escasísisma simpatía que le profeso, creo que la tengo perfectamente localizada, y tiene que ver sobre todo, con lo último que manifiesto en el párrafo anterior.
Ya he reflejado en anteriores comentarios en este blog, la sucesión de frentes abiertos en esta Comunidad por el Gobierno de Esperanza Aguirre. No es que la actitud de la Presidenta haya cambiado en las últimas semanas, lo que ocurre es que parece que se le están moviendo todos los “muertos” del armario a la vez.
Su obsesión privatizarora es la misma que desde el primer día que tomó posesión como Presidenta de la Comunidad de Madrid. Otra cosa es que el tiempo transcurrido desde que Tamayo, Sainz y el entorno urbanístico del PP de Madrid consiguieran tan loable objetivo, hayan hecho creer a la lideresa que podía con todo lo que le echaran.
Que hay que controlar a elementos sospechosos de menor afección a la Presidenta, pues ya se le ocurrirá algo a Paco. Que el Canal de Isabel II es un modelo de funcionamiento de una empresa pública, pues se privatiza para que puedan hacer negocio los dinámicos “emprendedores”. Que queremos privatizar Cajamadrid y colocar al núcleo duro aznarista, pues cambiamos la Ley, la hacemos retroactiva, y aquella persona que se ajuste a la legalidad vigente se le suspende, aunque no se tengan competencias. Que además tenemos que parecer gente plural dialogante, pues pactamos esta cosas con Tomás Gómez, que es un chico majísimo y de lo mas moderno.
Lo que pasa es que a Esperanza se le ha amontonado el trabajo, y ya no sabe el bueno de Mariano que fuego intentar apagar primero. Con lo majas que le habían quedado esas “jornadas” de profunda reflexión política, como muy bien refleja mi amigo Rafael Martínez Simancas, y al final se ha tenido que pasar el tiempo separando contendientes por todos los lados.
Pues ya lamento que IU de la Comunidad de Madrid vayamos a tener que contribuir al desasosiego popular, y presentar una querella contra los responsables de la Consejería de Economía, que se atribuyeron competencias inexistentes, solo para desestabilizar y privatizar Cajamadrid, en beneficio político de nuestra Presidenta.
Siguiendo el modelo Esperanza, nos vamos a juntar unos amiguetes y vamos a disolver el PP de Madrid. Si todo es ponerse y tener imaginación.
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