EL AKELARRE DE AGUIRRE

No se si porque Gürtel empìeza a apretarle más de lo debido, o porque los datos apuntan a un desgaste significativo de su partido en Madrid, Esperanza Aguirre ha dado un pequeño salto cualitativo en su tradicional altanería, soberbia y grosería con la que se emplea hacia quienes no piensan “exactamente” como ella. Se entiende que el salto ha sido pequeño, porque el listón ya lo tenía muy alto. Descarto sin embargo totalmente, que el estado de ansiedad que empieza a evidenciar, obedezca a preocupación alguna por los 500.000 parados y paradas, o por los 150.000 de ellas y ellos que no tienen ninguno tipo de prestación. Si no le han preocupado nunca, no le van a preocupar ahora que el agobio le deja menos tiempo.

En el anterior Pleno de la Asamblea, tuvimos la oportunidad de ver a la Presidenta en estado puro. Le recordaba en la intervención de nuestro Grupo, que días antes, tras el acto celebrado en la Complutense por los Sindicatos CC.OO. Y UGT en contra del proceso abierto al juez Garzón, había dicho en unas declaraciones a los medios, que “una universidad pública, pagada con fondos del contribuyente madrileño, no puede, en un acto presidido por el rector, utilizarse para coaccionar a los jueces del Tribunal Supremo”.

No pareció que fuese de su agrado, la sugerencia que le hicimos de que cambiara los sujetos para que viera como podía quedar tan redonda sentencia de la Presidenta: “Una Comunidad Autónoma, pagada con fondos del contribuyente de Madrid, no puede utilizarse para supuestamente lucrarse un Consejero, varios diputados, y muchos satélites del PP”.

Supongo que presa de su carácter reflexivo, parece que no tuvo por menos que reiterar otra de sus “perlas” mediáticas de la semana, y se reafirmó en que el acto de la Complutense era un “akelarre de carcamales resentidos”. Afirmación que al ratificarse en ella resulta aún más sorprendente, porque siendo la Presidenta del PP y con el carácter que gasta, de akelarres, carcamales y resentidos podría escribir una tesis doctoral, lo que hace mucho más difícil de entender la imaginación que tuvo que echar para establecer comparación alguna con quienes asistieron al acto de la Complutense. 

Pero aún no debía parecerle suficiente, y en los tres benevolentes minutos de su tiempo de contestación, jaleada por su inquebrantable corte de palmeros, de la que el diputado Soler es su más entregado y vistoso “fan”, no sólo no aprovechó la oportunidad que le dimos para que condenara el golpe del 36, el régimen de Franco, y la brutal represión de sus vícitmas, sino que lo justificó todo abiertamente, al mejor estilo del exterrorista y torturador de la historia de España, Pio Moa.

Pues todo apunta a que a Esperanza Aguirre el fin de semana tampoco le ha ayudado mucho a bajar el estrés. Decenas de miles de personas nos manifestamos el sábado en contra de la impunidad de los crímenes del franquismo. Nos manifestamos en contra de quienes pretenden seguir humillando a los cientos de miles de víctimas de la dictadura. Nos manifestamos en favor de una Justicia que no tape los crímenes contra la humanidad. Por una Justicia que sea calor, fraternidad, y solidaridad con quienes han sufrido la implacable injusticia del terror, como se recoge en el Manifiesto que se leyó al final de la Manifestación, que podeis ver pinchando aquí.

Pues mucho me temo que la Presidenta va a tener que consultar con su médico(privado supongo), por si los ansiolíticos pudieran serle de utilidad, ya que en el Congreso de los Diputados, nuestro Grupo Parlamentario va a hacer una Proposición de Ley, para que se reforme la Ley de Amnistía del 77, con el fin de adaptar su contenido a las Leyes internacionales, que decretan que los delitos de genocidio y lesa humanidad no prescriben nunca.

Y el 1º de Mayo a la vuelta de la esquina Presidenta. Nosotras y nosotros, como no somos tan sectarios, vamos a desearle por su salud a Esperanza Aguirre, que el calvario hasta las próximas elecciones se le haga corto, por mucho que al resto de madrileños y madrileñas se nos haya hecho muy largo, especialmente a los desempleados y desempleadas, que víctimas de sus políticas, ni siquiera tienen prestación económica alguna.